Niño prodigio, ídolo adolescente, actor respetado. Leonardo DiCaprio cumplió 50 años este lunes, convertido en historia viva del cine de nuestro tiempo. Es uno de los pocos intérpretes que ha sabido mantenerse en la cúspide de la industria y no resbalar por las competitivas colinas de Hollywood.
Desde muy joven tuvo claro el camino a seguir, rechazando papeles en películas como Batman Forever (1995) o Boogie Nights (1997), alejadas del tipo de carrera que buscaba. Una actitud que no ha dejado nunca de lado. Aún hoy se resiste a los encantos de Marvel y, una vez más, se convierte en una excepción dentro de su gremio al no participar en ninguna producción de superhéroes. Una decisión que se toma muy en serio. "Nada de drogas duras ni películas de superhéroes" fue lo que el actor aconsejó a Timothée Chalamet para asegurarle una buena carrera en el cine, según reveló el intérprete de Call Me by Your Name a la edición británica de Vogue.
El californiano tampoco ha sucumbido a la televisión, el medio donde empezó a curtirse siendo apenas un niño como secundario de la serie Los problemas crecen. Reservado en sus pocas entrevistas y esquivo en la alfombra roja, DiCaprio encarna la paradoja de la estrella alérgica a la fama. El público se siente tan cercano al actor que lleva décadas refiriéndose a él como Leo, pero Leo se refugia en su hermetismo. Siempre oculto bajo una gorra y unas gafas de sol (y desde 2020, tras una mascarilla), el pasado enero dijo "la fama no forma parte de mi día a día" en la alfombra roja de los Palm Springs International Film Festival Awards. Mientras, una multitud de fans se agolpaba para lograr una foto con el actor.
Criado en un ambiente bohemio, DiCaprio pasó parte de su infancia en diferentes barrios de Los Ángeles, como Echo Park y Los Feliz. Hijo único de padres separados (tiene un hermano por parte de padre), tuvo una temprana vocación actoral. "Realmente querer hacer esto es mi primer recuerdo", expresó en 2014. "Hacía imitaciones de cualquiera que fuera a casa de mis padres, y esa era mi identidad en el colegio. Si quedaban 10 minutos para comer y mi profesora había terminado la lección, solía decir: 'Vale, Leo, sal aquí y haz algo".
No es de extrañar, por tanto, que solo tuviera 5 años cuando hizo su debut en televisión. Durante su niñez, compaginó su trabajo en anuncios, con pequeños papeles secundarios en la pequeña pantalla. No tuvo que esperar mucho para que el cine llamara a su puerta a lo grande. En 1992, Robert De Niro lo eligió entre centenares de chicos para protagonizar la película Vida de este chico y, un año después, ya había logrado su primera nominación al Globo de Oro y al Oscar por ¿A quién ama Gilbert Grape?, donde daba vida a un joven con discapacidad. La década de los noventa le catapultó a la fama y se convirtió en una estrella planetaria gracias al fenómeno Titanic, que llegó poco después de Romeo+Julieta (1996), una versión de Baz Luhrmann del clásico de Shakespeare con el que DiCaprio se postuló como el chico del momento. La película dirigida por James Cameron no solo le encumbró definitivamente, también fue donde conoció a Kate Winslet, una de sus amigas más cercanas hoy. "Es una de mis mejores amigas, tenemos máxima confianza el uno en el otro", dijo en una entrevista.
Sobrevivir a un éxito colosal como lo fue Titanic (11 premios Oscar y cuarta película con más recaudación de la historia) no es sencillo cuando se está comenzando, pero, lejos de encasillarse en papeles, DiCaprio supo elegir con acierto, y también mostró otros registros en Atrápame si puedes (2002), con Steven Spielberg, o Gangs of New York (2002), su primera vez bajo las órdenes de Scorsese, a quien descubrió cuando trabajó con Robert De Niro siendo apenas un adolescente.
"Ellos [De Niro y Scorsese] han sido mis mentores, mis iconos y mis héroes en este negocio", relató en una ocasión. Junto al cineasta ha fraguado una prolífica relación profesional materializada en un total de siete películas, entre otras El aviador (2005) y El lobo de Wall Street (2014), por las que volvió a optar al Oscar. Pero también Infiltrados (2006) y Shutter Island (2010), con las que se metió en el bolsillo a millones de fans. La ansiada estatuilla dorada se le resistió durante años, tanto que internet convirtió en chiste recurrente la supuesta desesperación de DiCaprio por hacerse con el galardón. Lo consiguió con El renacido (2015), un wéstern dirigido por Alejandro González Iñárritu donde el actor se enfrenta a un oso grizzly en una famosa escena que alimentó los memes sobre la carrera de Leo hacia el Oscar. "El renacido trata de la relación de un hombre con el mundo natural, un mundo que en 2015 se ha presentado como el más cálido de la historia. Su última nominación fue en 2020 gracias a Érase una vez en Hollywood, de Tarantino, con quien ya había trabajado en Django desencadenado (2012).
Desde hace más de 20 años, a su faceta de actor se suma la de productor. Si bien figura como productor ejecutivo de muchas de las películas que protagoniza (y otras tantas donde no aparece), sobre todo se ha volcado en producir documentales sobre naturaleza y medio ambiente.
Actor, productor y activista, DiCaprio es todavía joven para definirle como una leyenda, sobre todo porque es posible que su filmografía se amplíe con alguna que otra película memorable. Desde luego, oportunidades no le faltan. Entre sus próximos proyectos hay casi una decena de títulos, entre ellos una esperada película (todavía sin título) dirigida por Paul Thomas Anderson, con quien estuvo cerca de trabajar en Boogie Nights, aunque finalmente hizo Titanic. También un drama biográfico sobre el presidente de Estados Unidos Theodore Roosevelt y una película histórica sobre el buque de guerra británico HMS Wager y su naufragio al sur de Chile en 1740, estas dos últimas bajo las órdenes de Martin Scorsese, su gran mentor. Desde luego, a sus 50 años, todavía tiene muchas vidas por vivir a través de sus películas.